Reggae un ritmo mundial en Argentina

La transversalidad es una de las claves éxito del reggae: sea yo un albañil, un striper, un profesor de Historia del Arte o un participante de Gran Hermano, si voy a un lugar y soy bien recibido, indudablemente querré volver. Y esta movida incluye mucho mas de los que rechaza.

El núcleo de la audiencia argento-jamaiquina son los rastamanes duros, los que saben perfectamente quien fue Haile Salassie I, los que compran vinilos de rocksteady, los que en un asado solo ven una matanza de pobres animalitos. Este grupo reducido pero militante sabe ser el mas dogmático, y mira los cambios a su alrededor con cierto recelo: quien se diga artista de reggae pero se aparte del purísimo habrá poco menos que sucumbido a las tentaciones de Babilonia.

Alrededor se fue juntando un importante cumulo de personas que se interiorizan en el genero pero no adhieren a los preceptos religioso/ filosóficos. Este sector del publico conoce el paño, disfruta buceando en este mundillo, suele buscar nuevas experiencias musicales (Son los que te recomiendan a Cultura profética o a Sizzla, por ejemplo) y, sobre todo, sigue a los grupos locales fuera de los festivales y los grandes eventos. También le entra a la ganja, pero come chinchulines y ni a patadas se muda a Africa.

Y por ultimo esta el grupo que le da su status de masiva a la escena: el de los visitantes ocasionales. Aqui es donde el reggae se recibe de ritmo mundial: basta ir a un recital de cualquier banda mediamente convocante para econtrarse con gente de todos los palos, conviviendo en paz sin espantarse unos de otros. Tres rastas colgandose del cuarto anillo de Saturno, a menos de un metro de cinco dueños de Volkswaguen Gol tuneados y sus respectivas novias rubias. En un show de reggae, nadie desentona, mas alla de algun que otro cantante. La escena tiene look, sus principios y sus codigos propios, pero quienes los sostienen no te lo exigen para aceptarte, cosa que no suele suceder en el punk, el metal o el rolinguismo (¿no me crees? Anda con un pantalon rosa ajustado a ver a Dancing Mood y a Horcas, y despues contame como te fue en cada lado...) Y entonces, si aca me divierto y todo el mundo me respeta como soy, ¿por que no volver?¿y por que no invitar a mis amigos? La teoria del reggae proclama la igualdad entre todos los hombres; la practica aplica, en un microcosmos, ese mismo concepto. Coherencua entre el dicho y el hecho, eso si que es nuevo.

vía: laotrakra.com.ar / articulo.org